11 febrero 2012

Justicia o folclore

Apelar al abuelo fusilado en 1936, como se está haciendo, para desacatar una sentencia de 2012 que condena a un juez que conscientemente ha violado el derecho a la defensa de los acusados es, sencillamente, un disparate, pero sobre todo una enorme falta de respeto hacia quienes murieron hace 80 años por defender el estado de derecho. La reciente sentencia del Supremo contra el ya exjuez Garzón es impecable, pero algunos salieron anteayer a manifestarse contra ella sin siquiera haber leído un resumen, aunque -eso sí- con la bandera republicana a cuestas. ¿Qué clase de circo bananero es España? Durante demasiados años nos hemos acostumbrado a ser frívolos e irresponsables en nuestras conductas y opiniones, porque este era uno de los modelos de prestigio social imperantes (véanse, si no, un par de películas de Almodóvar), pero si queremos juzgar una sentencia judicial hace falta, primero, tener sensatez y conocimientos para entenderla; segundo, haberla leído; y tercero, haber reflexionado sin prejuicios irracionales.

La intervención judicial de conversaciones de presuntos delincuentes es un instrumento que el juez ordena cuando lo estima conveniente a fin de impedir sus crímenes; pero no estamos hablando de eso, sino de escuchar las conversaciones entre un acusado y su abogado. No se trata de investigar un delito, sino de espiar la estrategia de defensa de un reo en un proceso ya iniciado. Esto en nuestro ordenamiento jurídico sólo se permite en el caso del terrorismo, de manera muy excepcional y restrictiva, y aun así es una excepción de dudosa constitucionalidad porque, como principio procesal elemental, entendemos que espiar al abogado de un acusado socava el derecho a la defensa de éste. A Baltasar Garzón se lo ha condenado por pasar por encima de un derecho fundamental.

¿En serio a los que protestan por la condena de Garzón no les importaría que un juez conociese sus conversaciones con sus abogados preparando su defensa en un juicio? Imaginemos que a Pilar Bardem, por inocente ejemplo, la procesaran un día por algún delito y el juez encargado del caso usara contra ella escuchas ilegales de sus conversaciones con su abogado. ¿Alguien duda que Cayo Lara, el exjuez Garzón y demás estrellas de la izquierda de salón saldrían a la calle con las pancartas y las banderas republicanas a cuestas y calificarían al magistrado de franquista?

La clave de todo es que el fin no justifica los medios. El caso Garzón no tiene nada que ver con las fosas de los abuelos republicanos, ni con los presuntos delitos de los dirigentes valencianos del PP, ni con Franco, ni con los Reyes Católicos. Tiene que ver con el derecho a una defensa justa. La actuación de Garzón en el caso Gürtel es característica de un estado como el franquista, y por eso se lo ha condenado. Y se lo condena ejemplarmente porque no hay peor delincuente que un juez delincuente. Si quedan libres los (presuntos) facinerosos de Gürtel será precisamente porque Garzón actuó contra las normas y dinamitó el proceso.

Cualquier otro argumento está fuera de lugar cuando estamos hablando de un señor que ha violado un derecho fundamental desde el estrado del juez. Si juzgamos con rigor y nos atenemos a lo juzgado, Garzón es culpable de un delito de prevaricación. Nadie que defienda que un juez puede prevaricar si con ello puede meterle mano a los malos puede darnos lecciones de democracia. Porque, en derecho, la verdad la dicta una sentencia firme y hasta ese momento la protección de la defensa de un acusado es sagrada y no hay buenos ni malos.

Y, efectivamente, como dicen los detractores de la sentencia, este estado de derecho es muy mejorable. Hace falta despolitizar la Justicia, hace falta dotarla de medios y hacen falta muchas otras cosas en las que seguiremos insistiendo; pero sobre todo hace falta que a un juez no se le permita prevaricar impunemente y que dejemos de juzgar las sentencias con criterios folclóricos. La condena de Garzón, pese a todos sus méritos pasados en la lucha contra ETA, contra el GAL y en otros ámbitos, es un triunfo del estado de derecho. Tenemos que tener muy claro que ni los héroes ni los santos están por encima de la ley en democracia.

5 comentarios:

Arturo Muñoz dijo...

En el clavo. Como dice la sentencia, ignorar que no puede hacerse justicia de cualquier forma ni al margen de la ley, lleva a la injusticia.
Saludos.

Anónimo dijo...

Declaración solemne de apoyo a Garzón
9 de Febrero de 2012 - 17:05:31 - Luis del Pino

Yo, [PONER AQUÍ EL NOMBRE], ciudadano español, mayor de edad y con DNI [PONER AQUÍ DNI], comparezco ante notario y manifiesto:

1) Mi absoluta indignación por la condena de 11 años de inhabilitación que el Tribunal Supremo ha impuesto al juez Baltasar Garzón, por haber grabado las conversaciones entre abogados e imputados en el curso de la instrucción del caso Gurtel.

2) Aunque haya quien diga que la confidencialidad de las conversaciones abogado-cliente resulta imprescindible para garantizar el derecho de defensa; aunque las leyes establezcan que esa confidencialidad solo puede violentarse en casos muy extremos (como por ejemplo en delitos de terrorismo) y aunque haya quien sostenga que el estado de derecho no puede subsistir si se viola arbitrariamente el derecho de defensa... YO CREO que D. Baltasar Garzón actuó correctamente, porque lo lógico es que el juez intervenga cuando le venga en gana las conversaciones que quiera, aunque la ley diga lo contrario.

3) Por tanto, y como muestra de coherencia, si en el futuro alguien me acusara de cometer algún delito, AUTORIZO EXPRESAMENTE a cualquier juez a grabar las conversaciones que yo mantenga con mis abogados, diga lo que diga la ley vigente.

En [PONER AQUÍ LA CIUDAD], a [DIA] de [MES] de 2012.
Firmado [FIRMAR AQUI]

Hala, muchachotes, los que estáis criticando la condena de Garzón: a firmar la declaración renunciando a vuestros derechos. Mientras no lo hagáis (es decir, mientras sigáis conservando intactos esos derechos que os parece muy bien que Garzón vulnere cuando se trata de otras personas), no nos deis la plasta, por favor.

Incoherencias, las justas.

http://blogs.libertaddigital.com/enigmas-del-11-m/declaracion-solemne-de-apoyo-a-garzon-10972/

Manolo dijo...

De acuerdo con el artículo (salvo en lo de Almodóvar). Este asunto me está recordando manifestaciones que hubo en Murcia cuando se condenó por prevaricación a un juez, Ferrín Calamita. También salió gente a presentarlo como un mártir que había sido perseguido por sus creencias religiosas. Por cierto, que el caso Ferrín Calamita se cita en la sentencia (no se menciona el nombre, pero es evidente que se trata de ese caso) contra Garzón como precedente.

Alex dijo...

Gracias por este artículo, claro, contundente y al que poco puedo añadir. Algunos persisten en el más burdo sectarismo: lo bueno, por definición, es lo que hacen los míos y, a éstos, todo les está permitido si va en contra del enemigo. Lo triste, no es que existan personas que piensen así, sino que tengan tanto eco. Saludos cordiales.

Toni dijo...

Juan Luis, ha estado "bordao", como dice un amigo mio. El Juez "estrella se ha estrellao", como no podia ser de otra manera.
Tenemos aqui un Juez, si el de Instruccion num 3, que junto con un gran Fiscal, se atreven (como es su cometido) ha imputar a miembros de la Casa Real, dudo mucho que el "juez estrella estrellao" se atreviera a ejecutar tal proceso.
Logicamente el "juez setrella" buscaba con sus juicios mover a la izquierda para que fin, pues posiblemente crear una victima e introducirse en politica, con un discurso populista, veremos que nos dice el tiempo-
El otro juez, posiblemente quiera ser popular en el ocaso de su vida judicial y profesional, ser recordado como un juez que aplico la Ley en sus ultimas consecuencias.
Yo, como español y orgulloso de serlo me apunto a la actuacion del Juez de Palma, que sin ser estrella, se convierte en un juez admirado por todos.

El Garzon quedara para la politica.
EL Castro quedara dulcemente en nuestra memoria