Años atrás la alcaldesa Calvo quiso situar un centro para transeúntes (SAPS) en el barrio de El Molinar. La oposición de los vecinos fue sonada. Las personas sin hogar son un colectivo del que la sociedad se ha de ocupar y el Ayuntamiento de Palma está en la obligación –y así se lo exigimos sus administrados– de arbitrar medidas dirigidas a ampararlos y reinsertarlos en un entorno social y laboral estable; pero la reacción de El Molinar no fue fruto de la insolidaridad. Los vecinos estaban preocupados por las consecuencias del trasplante de un colectivo por su propia naturaleza desestructurado e inestable –a veces conflictivo– al corazón de un barrio configurado y asentado de forma natural con el transcurso del tiempo. Actualmente una sentencia obliga al Ayuntamiento a desmantelar aquel edificio y devolver el solar a sus donantes.
Anteayer se publicó que el Ayuntamiento va a resituar en el barrio de Sa Teulera esas instalaciones con el fin de alojar un servicio de acogida municipal (SAM) para familias con menores a cargo. La inquietud producida entre los vecinos es mayúscula, fruto del desinterés por el consenso evidenciado por la regidora de Bienestar Social y de una injustificable ocultación de la información. Pero además se abren varios interrogantes que nadie se ha preocupado de aclarar.
1. ¿Por qué se elige un solar destinado a uso sociocultural para el que será necesario aprobar un cambio a uso asistencial, si el Ayuntamiento dispone de otros solares que no requieren esperar por una modificación urbanística?
2. ¿Se tratará, en todo caso, de un SAM familiar, como afirma la noticia, o para individuos como exige el propio diseño del edificio que aún se encuentra en El Molinar? ¿Las familias estarán, por tanto, mal alojadas o Mercè Borràs cambiará de opinión a última hora?
3. ¿Los informes que son preceptivos dirán que el lugar elegido es idóneo? Si va a acoger familias con menores es imprescindible que en la zona haya centros sanitarios y escolares públicos y buenos accesos. En Sa Teulera no los hay.
4. Actualmente no hay necesidad de un traslado que va a costarle al Consell de Mallorca 450.000 euros adicionales por el montaje del edificio: las plazas necesarias para familias están cubiertas mediante convenio con Es Convent, que presta el servicio perfectamente y con un gasto anual inferior al que costaría un SAM, ya que solo cobra por plaza ocupada. ¿El objetivo inconfesado del traslado es suprimir, por puro sectarismo, un convenio que resulta óptimo para sus usuarios a costa de más gasto –ahora y cada año– para los palmesanos?
5. ¿Por qué lanza Borràs esta información a través de un diario como hecho consumado, en lugar de reunir a los vecinos, explicarles las ventajas de la medida, escucharles y tranquilizarles? ¿Es un globo sonda o realmente desprecia la opinión de los habitantes de los habitantes del barrio?
Dado que es necesaria una modificación urbanística, que el edificio no es idóneo y que la zona es inadecuada por carecer de servicios públicos, las familias sin hogar recibirán una prestación deficiente. Si, además, la medida es innecesaria, despilfarradora y subrepticia, habrá que preguntarse por sus motivos y no será de extrañar que los vecinos se inquieten y se opongan. Si el futuro debate no gira en torno a la idoneidad del traslado y la concejala de Bienestar Social se niega a escuchar a los vecinos y se limita a acusarles de casta insolidaria, estará cometiendo una grave irresponsabilidad. El Mundo-El Día de Baleares.