14 abril 2005

Atila y san León Magno

En 452, Atila invadió Italia. El emperador Valentiniano se refugió en las murallas de Ravena y no quiso saber nada; sólo la autoridad del papa León podía salvar Roma. Rafael describe en un fresco vaticano el encuentro entre un pontífice sereno y magnífico y un bárbaro aterrorizado por la presencia en el cielo de san Pedro y san Pablo, armados de espadas. Los escépticos, en cambio, dicen que León compró con oro la retirada del huno... Fuese como fuese, no hubo la misma suerte tres años más tarde: el vándalo Genserico arrasó y saqueó Roma durante quince días, y miles de romanos fueron esclavizados. A León no le quedaba sino el trabajo de la reconstrucción. Última Hora.

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