Lógicamente se habla mucho estos días de las primarias del PSOE y –no tan lógicamente- poco de las de UPyD. Aunque esté feo ponerse uno mismo en el escaparate, hay ocasiones en que no queda más remedio que hacerlo porque en la comparación apreciamos mejor la calidad del paño. Esta es una de ellas.
Gana en pluralidad el PSOE cuando establece un máximo del 10% para los avales que los candidatos deben reunir si quieren optar a las primarias: eso impide la acumulación de avales por parte de un solo candidato protegido. Sin embargo, si lo que se quiere es promover la participación, el procedimiento de UPyD llega más lejos: cualquier militante puede ser candidato sin necesidad de reunir ni el 5% ni ningún otro porcentaje de firmas. Nosotros no pedimos avales. Así sucedió en nuestras recientes primarias para las europeas de mayo y así sucede en todas y cada una de las convocatorias electorales en que participamos desde 2009.
Progresa también el PSOE al permitir la inscripción de simpatizantes, aunque no pueda presentar esta ampliación como novedad ya que UPyD la aprobó en 2013. Sin embargo, convocar primarias abiertas para unas elecciones generales en particular y dejar, en cambio, la posibilidad de cerrarlas para las diversas territoriales –o, más adelante, de no celebrarlas- alimenta la sospecha de que solo se van a abrir a simpatizantes o, incluso, a convocar cuando el aparato lo estime conveniente; es decir, donde se presuman controladas. O, como dijo una vez Elena Valenciano, “cuando [al partido] más le interese electoralmente”. En UPyD establecimos estatutariamente la obligatoriedad de primarias abiertas para la elección de cualquier cabeza de lista en todo tipo de elecciones: del presidente del Gobierno a los alcaldes, pasando por los cabezas de lista al Parlamento Europeo y a las generales y autonómicas por cada provincia. O sea: siempre.
Con todo y las deficiencias señaladas, hay que saludar como positiva la introducción de primarias en la designación de los candidatos socialistas. Responde tímidamente a una tendencia democratizadora que ya ha dado frutos en Europa y que en España puso sobre la mesa en 2007 UPyD. Bienvenido sea el PSOE, pues, a la senda de la regeneración democrática... Pero abrigo una duda: ¿por qué en 2013, cuando UPyD propuso en el Congreso la regulación de primarias obligatorias para todos los partidos, el PSOE no votó a favor? En cuanto a otras formaciones, solo podemos decir: ánimo, ustedes también pueden. Ganaríamos todos. El Mundo-El Día de Baleares.
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