12 noviembre 2011

Voto nulo, voto en blanco

Hoy ya me han preguntado dos veces por el "voto nulo computable" o "voto blanco computable" para el Senado, como si fuera posible ahorrarnos senadores. Esta iniciativa está circulando impulsada por sectores afines al llamado Movimiento 15M; creo que se trata de una campaña absolutamente irresponsable y de consecuencias democráticas nefastas si tuviera éxito, que ignora los mecanismos de la ley electoral y que, por otra parte, confunde el voto nulo con el voto en blanco.

El voto nulo no es computable en ningún caso. Se trata en todo caso de una propuesta ideal, nada que funcione actualmente. En ningún caso van a quedar escaños vacíos; aparte que vaciar las instituciones, si computar el voto nulo o blanco tuviese ese efecto, sería a mi entender una auténtica majadería.

En nuestras elecciones, a efectos del reparto de escaños, simplemente se cuentan los votos, se descartan los nulos (como si fueran abstenciones) y luego se procede a repartir los escaños de acuerdo exclusivamente con los votos válidos. Si esos votos nulos hubieran sido emitidos válidamente a favor de partidos minoritarios, alguno de sus representantes habría entrado en la cámara, para cuestionar el poder hoy omnímodo del bipartidismo.

Gracias a nuestra ley electoral, el voto en blanco perjudica a las minorías, porque es un voto válido que se suma a la hora de calcular el 3% necesario para entrar en el reparto y, por tanto, puede ayudar a excluir a los pequeños. Sustituir el voto a una minoría por el voto en blanco sólo favorece a los grandes. Ni siquiera vale como pataleo, ya que medio minuto después del escrutinio nadie se acuerda del voto en blanco ni del nulo, para pasar a hablar de lo que verdaderamente importa: el reparto de escaños entre los partidos.

Un ejemplo muy significativo, aunque no se trate de unas elecciones, es el referéndum de 2005 sobre la Constitución Europea. Más del 60% de los españoles o se abstuvo o votó nulo o votó en blanco y, sin embargo, la Constitución fue aprobada en España, porque los síes fueron más que los noes. Ni los blancos, ni los nulos ni las abstenciones contaron para nada. Y así sucede en cualquier referéndum o elección en España.

Votar nulo o en blanco no cambia nada o empeora la situación: produce exactamente el mismo resultado que votar al PP, al PSOE o a CiU, tanto en el Congreso como en el Senado. Lo cual es legítimo, pero todo el que vote nulo o blanco tiene que ser consciente de ello: no va a castigar a los responsables del actual déficit democrático, sino que los va a reforzar. Votar opciones minoritarias, sean las que sean, dificulta en cambio la atribución de escaños a PP y PSOE. Seamos serios y no caigamos de nuevo, e inconscientemente, en el juego del bipartidismo.

3 comentarios:

Daniel Terrasa dijo...

Muy didáctico. Yo estoy cansado de decir que lo del voto en blanco es algo totalmente inútil con este sistema. Puestos a elegir encuentro más digna la abstención, fruto de una reflexión previa claro, no de la desidia. Es más digna, aunque igualmente inútil.

Toni dijo...

Hola, me gustaría compartir con vosotros este video en el que se explica que sucede en caso de voto nulo o voto en blanco.

Saludos
Toni

http://www.youtube.com/watch?v=fD46sl7bHxI&feature=player_embedded

Juan Luis Calbarro dijo...

Aunque se refiera a las autonómicas del pasado 22 de mayo, el video es muy clarificador y afecta exactamente igual a las generales del 20N. ¡Gracias! Lo difundiré.