Efectivamente, en Unión Progreso y Democracia de Baleares tenemos motivos para estar contentos. Si miramos nuestros resultados locales de 2008 (3.000 votos) y los de ayer (más de 18.000) sólo podemos alegrarnos. Si tenemos en cuenta los de las autonómicas (más de 8.000) y que sólo han pasado seis meses, pese a la diversa consideración que forzosamente merece el voto para unas generales, tampoco podemos ser sino optimistas. Ayer se ha producido un punto de inflexión en la trayectoria de UPyD y nada va a volver a ser igual.
En Madrid contamos hoy con un puñado de buenos diputados que representarán al millón y pico de españoles que nos han otorgado su confianza, incluidos los de Baleares, e incluso a los ciudadanos que no nos han votado; porque ahora son diputados nacionales y conformarán, junto con el resto de la cámara, la voluntad política de la Nación y la protección de sus intereses comunes.
Y esta confianza de los ciudadanos, que para nosotros es compromiso, con UPyD se abrirá paso hasta el foro parlamentario. Ya en la legislatura pasada Rosa Díez promovió iniciativas parlamentarias que habían surgido en nuestra sede de Palma, particularmente en materia de Educación. Hoy, con cinco diputados de UPyD, vengan de donde vengan, todos los españoles van a tener la oportunidad de acceder a una ventana del Congreso, con sus problemas y sus preocupaciones, porque en ningún otro grupo parlamentario se les va a entender mejor: porque ningún otro partido está extraído de la ciudadanía misma, lejos de la profesión de político.
He dicho grupo parlamentario, sí: existen precedentes en que la Mesa del Congreso ha admitido, bajo diversas argumentaciones, grupos parlamentarios que no cumpliesen con el requisito del 5%. En el caso de UPyD, creemos que una interpretación razonable del reglamento por parte de la mesa nos dará grupo propio. No parece que un grupo mixto compuesto por 27 diputados de 9 fuerzas políticas distintas tenga mucho sentido práctico.
Y con un grupo parlamentario propio se multiplican los tiempos de intervención, las posibilidades de presentar iniciativas parlamentarias y la influencia general sobre la política española. Gorriarán, Anchuelo, Lozano y Cantó, junto a Rosa, ofrecerán a los españoles un espectáculo de parlamentarismo digno de mucha atención, porque también en este terreno ofrecemos pedagogía y la regeneración de una vida parlamentaria hoy paupérrima y adocenada. Estén, pues, atentos.
Todo ello va a ser posible gracias a los votos de una gran cantidad de españoles a los que nuestro mensaje ya llega -y gusta- y gracias al esfuerzo de unos pocos miles de militantes que han renunciado al descanso para redactar programa, repartir propaganda, agitar redes sociales, integrar equipos de comunicación... En Baleares particularmente tengo que sentirme muy orgulloso del equipo de personas que han acompañado a los candidatos durante esta intensa campaña. Mi agradecimiento para todos ellos.
UPyD va a desempeñar su mandato con responsabilidad, sabiendo que nuestro único compromiso es con los ciudadanos. Y, para empezar, exigiremos la reforma de una ley electoral absurda que nos da cinco diputados cuando una recta proporcionalidad nos daría dieciocho, mientras a Amaiur, con la quinta parte de nuestros votos, le otorga siete escaños. En España hoy nadie habla de otra cosa y UPyD llevará este debate, de nuevo, al Congreso. Este y otros.
[Publicado en El Mundo-El Día de Baleares, 22 de noviembre de 2011]
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