Soy de la opinión de que, ante las próximas elecciones municipales y autonómicas, la coyuntura política y económica exige que las opciones localistas (a menudo meros chiringuitos de administración de intereses particulares) den paso a proyectos nacionales. El que piense sólo en local no podrá aplicar los principios que UPyD ya está aplicando en los parlamentos nacional, europeo y vasco, que son de valor universal y que hoy nos plagian casi a diario desde el PP y el PSOE, aunque sin reconocer el copyright. Pese a todo, no pocas personas consideran lógica la posibilidad de llegar a acuerdos preelectorales con fuerzas políticas de alcance local, y la oportunidad se multiplica en los últimos tiempos, en que se aproximan a UPyD con cierta frecuencia dirigentes de esos partidos locales que desearían compartir cartel con nosotros, por aquello de “no dividir el voto” (o tal vez por franquiciar el tirón de Rosa Díez).
Las coaliciones preelectorales siempre han estado descartadas en UPyD. Es lo mejor de la democracia: iremos a las elecciones, plantearemos nuestras propuestas y los ciudadanos elegirán. Sencillamente, somos una alternativa a los partidos nacionales, y el ciudadano empieza a darse cuenta de que cada vez es más difícil resolver los problemas municipales y autonómicos con las miras estrechas del localismo.
Aun siendo conscientes de que el sistema castiga a los partidos pequeños si existe dispersión del voto, en UPyD no podemos traicionar el espíritu de nuestro partido ni principios que están en nuestro ADN desde 2007 en favor del oportunismo o la baza electoral. Nuestro programa es el que es (el que aprueban los afiliados), nuestros candidatos son los que son (los elegidos por los afiliados) y cualquier pacto preelectoral desvirtuaría la voluntad de los afiliados y, por tanto, traicionaría todo este esquema de democracia interna. Nosotros iremos a las elecciones sin formar coaliciones con nadie; muy al contrario, estamos abiertos a acoger a todo el mundo bajo nuestras siglas, programa y candidatura, porque somos un partido transversal y participativo y lo demostramos cada día en nuestras propuestas y en nuestras prácticas; pero no habrá pactos preelectorales con partidos ni agrupaciones de electores.
Parece claro que nadie debería coaligarse si estima que ofrece algo distinto e importante, porque los electores deben tener claro que uno defiende lo que defiende, y no cualquier otra cosa con tal de comprometer puestos en listas, repartir concejalías o “no dividir el voto”. Al contrario, estoy persuadido de que cuanto más claros e innegociados sean los planteamientos de un partido con respecto a los demás, menos votos dejará escapar. Los votos que no obtengamos no serán nuestros, no serán “votos perdidos”: serán votos fieles a otros planteamientos, serán votos clientelares o votos de la proximidad, pero es que en UPyD no nos conformamos con menos que con un voto de calidad, consciente, convencido y libre de ataduras. Nada nos disgusta más que, por ejemplo, el espectáculo lamentable del PSOE y el PP cortejando a UM en los últimos días y no descartando una alianza. ¿Por qué debería votar al PSOE un militante socialista si sabe que su voto se pondrá a disposición de un partido de ideología y honorabilidad dudosas? En UPyD no se especula con los resultados ajenos: aspiramos a tener fuerza en las instituciones por nosotros mismos y por la potencia de nuestros planteamientos. Y ahí estamos. El Digital de Baleares. Periodista Digital.
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