El regidor de Educación y Festejos del Ayuntamiento de Mahón, Joan Carles Villalonga, ha insultado pública y repetidamente a SAR la infanta Elena y a SM el Rey de España en una canción que bien podría registrarse como uno de los más insignes monumentos de los últimos tiempos a la estupidez y al mal gusto. La presunta canción (he tenido la paciencia de escucharla y leer su letra) es muy mala, pero sobre todo es grosera: palabras gruesas para la risa fácil. El argumento que justifica la injuria según Villalonga y su colega Àlex Villeyra, que se declara coautor de la "broma", es que no existe afán injurioso, sino sólo jocoso, y que todo ello "entra dentro de los límites de la libertad de expresión". El PSM, formación a la que pertenece el edil y "activista cultural", pide respeto a su "libertad creativa".
Con ello se demuestran varias cosas. Una, que en España cualquiera puede llegar a concejal de Educación. Otra, que en España injuriar públicamente puede no ser ya delito, sobre todo si el injuriado pertenece a la familia del Rey y el injuriante a un partido separatista. En tercer lugar, que los fiscales en España deben tener cosas más importantes que salvaguardar la dignidad de las instituciones de la Nación y el derecho al honor de las personas, de la misma manera que los responsables políticos ignoran qué cosa sea eso de la responsabilidad y de los compromisos adquiridos con todos los ciudadanos. Por último, que el sentido del humor de los nacionalistas es como su discurso político: agresivo y excluyente.
Pese a que, al parecer, tales antecedentes y el uso de mi libertad creativa y de expresión en este texto me autorizarían a ello, me niego a calificar públicamente al regidor Villalonga en los términos que merece; yo sí estimo el decoro. Eso sí: me parece obligatorio llamarle zafio e irresponsable, así como sugerirle al alcalde de Mahón que, si tiene alguna vergüenza, lo destituya. Última Hora Menorca. Periodista Digital.
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