17 diciembre 2006

El último servicio de Pinochet

Tras la muerte del exdictador, Mario Benedetti clama que “la muerte venció a la justicia”. No deja de ser cierto. Y, sin embargo, cierta parte de la historia revive. La memoria de Salvador Allende brilla hoy en los términos de su verdadera grandeza, no sólo en virtud de la comparación con el tirano. Millones de correos electrónicos han sido intercambiados estos días entre personas de todo el mundo con motivo del deceso. Aunque sea de forma pasajera, el compromiso de antaño ha resucitado y por doquier circulan felicitaciones, letras de Víctor Jara y de Sabina, vídeos de Allende, de Quilapayún, de Pablo Milanés (“Yo pisaré las calles nuevamente”)... El tráfico de documentos sobre Allende en YouTube ha aumentado espectacularmente; emociona escuchar su célebre discurso ante las Naciones Unidas: su estatura histórica, su honestidad y su clarividencia (su denuncia de los riesgos de la globalización, décadas antes de que este concepto se instalase entre nosotros) resplandecen aún más treinta años después.

También Pinochet pasa a la historia cargado de significado: quien con tanto éxito combatió por las armas al marxismo engruesa la nómina de los asesinos en masa. En el infierno de los carniceros compartirá caldera con Ceaucescu, con Pol Pot, con Francisco Franco: esos valientes que, armados hasta las cejas, arremetieron contra la población civil de las naciones que decían defender. Desprecio y reprobación infinitas recaen hoy sobre Pinochet; pero, además, la justicia seguirá actuando contra sus cómplices, contra los herederos de su infamia y de la fortuna que amasó matando. Se hará justicia. Entre tanto, desaparece de la escena el que era símbolo vivo de una época oprobiosa y su muerte sirve para enaltecer a sus víctimas. Chile y el mundo respiran aliviados. Última Hora.

3 comentarios:

Anonymous dijo...

"Hijos liberados de su infecta existencia"

maria dijo...

Aqui en Guatemala la gente no habla de Allende, pide, ruega que no ocurra lo mismo con RIOS MONT... genocida q, tras los acuerdos de paz, cree q todos olvidan su politica de "tierra arrasada" y se sigue presentando a la elecciones (otoño de 2007) aunq un juez español esté tratando de enjuiciarlo...las cifras duelen, cada persona asesinada y torurada duele,... y las cifras globales duelen aun mas: 36 años de conflicto interno armado dejaron en Guatemala 150.000 muertos y 50.000 desaparecidos en un pais del tamaño de Castilla y Leon"En la región de Ixil entre el 70 y el 90% de las aldeas fueron arrasadas. En total están contabilizadas 626 masacres, es decir, exterminios masivos de la población"en fin... confiemos primero en q no salga elegido y segundo en q no se muera antes del juicio...

Anonymous dijo...

A Allende lo hace grande Pinochet...Pero Allende nunca fue un democrata.. Allende fue un facharrojo (un fascista de izquierda que a sus casi 30 años tenía ideas neonazis (Ver Victor Farias y su libro sobre el ultra Allende), insisto Allende recortó las libertades en el Chile democratico, se dedicó a perseguir a la Oposicion democratica cerrando periodicos y encarcelando a democratas...Pinochet fue la respuesta de un fascista a otro: la extrema izquierda y la extrema derecha, más o menos como aqui en el año 36, aunque Allende es un santo comparado con su equivalente español de entonces