El pasado 22 de mayo, más de 8.000 ciudadanos dieron su apoyo a las candidaturas de Unión Progreso y Democracia UPyD en las elecciones municipales y autonómicas. Teniendo en cuenta las dimensiones de nuestro partido, estos primeros comicios locales han supuesto un buen principio para nuestra futura presencia en las instituciones de las Islas.
En el ámbito nacional, hemos disfrutado de un histórico triunfo en Madrid y en otros lugares, al que también se ha contribuido desde Baleares. En las municipales hemos sido quinta fuerza política española, y cuarta de las estrictamente nacionales. Con ocho diputados en la Asamblea de Madrid y cinco concejales en el Ayuntamiento de la Villa, somos un partido a tener en cuenta. En el conjunto de España hemos alcanzado, además, 152 concejales y una alcaldesa. Todo ello se suma al diputado vasco, al eurodiputado y a la diputada en Cortes de que ya disponíamos. Definitivamente, somos un partido con presencia institucional y carácter nacional. Y ya estamos cosechando los primeros frutos de esa presencia, en forma de medidas de austeridad en Madrid que conectan plenamente con los intereses de la ciudadanía.
En Baleares, pese a que las elecciones municipales no son propicias a los partidos nacionales minoritarios, pese a que el voto de castigo al Pacte lo ha inundado todo y pese a nuestra tradicional escasez de recursos, UPyD ha aumentado su número de votos con respecto a convocatorias anteriores allá donde nos hemos presentado. En Palma somos quinta fuerza política, por encima de partidos tradicionales y muy asentados en la política balear, habiendo duplicado a la extinta UM y aun muy por encima de la Lliga de Jaume Font, que disponía de un presupuesto diez veces mayor al nuestro. En Ibiza Vila también hemos obtenido la quinta plaza. En la Part Forana hemos tenido resultados muy satisfactorios, especialmente en Llucmajor y Sóller.
En las elecciones autonómicas, donde la Part Forana inclina el voto hacia las formaciones tradicionales, hemos obtenido 8.722 votos. La referencia más homóloga, la de las generales de 2008, nos dice que casi hemos triplicado nuestro electorado. También hemos observado que hemos obtenido buenos resultados en algunos lugares donde no nos presentábamos a las municipales, como Valldemossa o Bunyola. Y destaca el porcentaje al Parlamento por la circunscripción de Ibiza.
Hemos enviado una felicitación a José Ramón Bauzá, Maria Salom y Mateu Isern por su triunfo porque es justo y obligado: deseamos que gobiernen para todos los ciudadanos de Baleares y tengan éxito en esa difícil tarea. Pero no podemos ocultar que la mayoría absoluta del Partido Popular no nos satisface. Vienen tiempos difíciles en el panorama político español, que dejarán cada vez más claro que una opción distinta al bipartidismo y a los nacionalismos es más que necesaria. La descomposición del PSOE y la previsible decepción de un PP que tiene demasiados compromisos espurios y demasiadas cuentas pendientes con la Justicia nos dejan pronosticar más hartazgo por parte del electorado. Y esa creciente desafección, que lleva semanas acampando en las plazas de España, no se refleja en los resultados de los comicios como consecuencia de las diversas leyes electorales que sufre nuestro país.
Nos preocupa mucho el hecho de que uno de cada cinco votantes baleares no haya visto su voto reflejado en representación. La actual Ley Electoral Autonómica, ideada en su momento para evitar en el Parlament una fragmentación excesiva que impidiese la formación de mayorías de gobierno, hoy carece de sentido y desvirtúa la fiel representación del electorado. No es justo que Menorca e Ibiza (y no digamos Formentera) estén sobrerrepresentadas, no es justo que el 5% deje fuera a formaciones con importante seguimiento y, en definitiva, no es justo que el 20% de los baleares que ejercieron su derecho al sufragio no hayan visto traducido su voto en escaño. El sistema favorece claramente un bipartidismo que cada vez cuenta con menos simpatías entre la población.
Necesitamos, por tanto, una ley electoral que sustituya el cálculo d'Hondt por otro que favorezca una mayor proporcionalidad, que haga de Baleares una circunscripción única para las autonómicas y que rebaje el tope mínimo al 3% que fue antaño, hasta que Gabriel Cañellas decidió usar el 5% como herramienta de partido. Esta reforma tan necesaria, en la línea de la regeneración democrática que UPyD defiende desde 2007 y que hoy el Partido Popular afirma suscribir, será una de las propuestas públicas que Unión Progreso y Democracia, con toda su modestia, hará durante la legislatura que empieza al Govern presidido por José Ramón Bauzá y a todos los grupos parlamentarios.
(Publicado en Diario de Mallorca el 17 de junio de 2011)
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