Cuando interpretamos la disminución de los escaños laboristas en las pasadas elecciones como un “castigo relativo”, explicable por la participación del Reino Unido en la invasión de Irak, olvidamos que se trata de una segunda reelección. Obtener un tercer mandato siempre es un triunfo, pese al desgaste. Lo notoriamente relativo es el aprecio que la mayoría de los británicos demuestra hacia los derechos humanos y la ley internacional, enfrentados a la actuación del gobierno Blair –mentiras incluidas– en su última e innoble aventura imperial. Nada nuevo, desde luego.
Última Hora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario