23 enero 2007

Arden en Mallorca dos artesonados mudéjares del siglo XIV

Hace unos días, coincidiendo con la víspera de San Sebastián y la noche de los foguerons, tres naves del polígono industrial de Son Fuster (Palma de Mallorca) ardieron. Las primeras valoraciones indicaron que podría haberse tratado de un fuego intencionado, pero este extremo se está investigando. Lo que sí parece claro, según informa Última Hora (los otros diarios palmesanos, inexplicablemente, apenas se han hecho eco de los estragos), es que los locales habían servido de almacén de la Consejería de Educación y Cultura del Govern Balear, que allí amontonaba documentación y diversas piezas del Museo de Mallorca que actualmente se hallaban en proceso de traslado, ya que a fin de mes el almacén iba a ser vendido o permutado a un particular. Agárrense: aparte material proveniente de excavaciones arqueológicas y unas planchas de imprenta de finales del siglo XIX que parece podrán ser recuperadas, en el curso del incendio resultaron calcinados dos artesonados mudéjares del siglo XIV.

Las dos piezas, insustituibles, habían sido adquiridas respectivamente por el Govern Balear en Chistie’s (Londres) y por el Ministerio de Cultura a un vecino de Palma y, por tanto, habían causado considerables dispendios a los contribuyentes españoles con el fin de que pudiesen permanecer en el patrimonio balear. La más valiosa, compuesta por tres paneles con un total de treinta y ocho metros cuadrados, llevaba la friolera de diez años arrumbada en la nave industrial que, por cierto, al parecer disponía de una alarma antirrobo conectada con la Consejería de Interior del Govern, pero no de alarma antiincendio. La primera inspección tras el desastre no encontró los extintores ni los aspersores que son preceptivos. Seguimos esperando datos.

Ambos vestigios de la cultura medieval mallorquina habían sido objeto de preocupación por parte de expertos que desde 1997 habían propuesto varias veces su restauración y traslado, pero la administración responsable (la Consejería de Educación y Cultura del Govern), aún no sabemos por qué, había desoído las solicitudes. Si yo fuera el consejero Francesc Fiol, estaría pasando mucha vergüenza. Y ¿qué dirá al respecto Carmen Calvo? Cuando la hoy titular del ministerio propietario de una de las dos piezas perdidas era consejera de Cultura en la Junta de Andalucía, el Palacio de Buenavista, un edificio del siglo XVI que actualmente alberga el Museo Picasso Málaga, sufrió un incendio que arruinó un artesonado. Entonces el PP malacitano acusó a la socialista de negligencia. La hoy ministra debe pedir explicaciones por la destrucción de una valiosa pieza patrimonial de la que su departamento era titular.

¿Saben de qué hablan, mientras, los políticos y la prensa baleares? Maria Antònia Munar, presidenta del Consell Insular, afirma en un discurso que Mallorca es una nación. Numerosas voces claman debido a la crisis del Real Mallorca, que llena páginas y más páginas de los periódicos como si fuera cosa nueva. Se comentan los presupuestos de IB3, el canal autonómico de televisión (es decir, un medio de comunicación superfluo, un instrumento político y de propaganda, un pozo sin fondo para los caudales públicos, como todas las televisiones autonómicas). Y Diario de Mallorca y El Mundo-El Día de Baleares siguen ignorando el desastre de Son Fuster. Las alianzas preelectorales parecen planear sobre las preferencias informativas.

Que dos importantes piezas del patrimonio histórico-artístico mallorquín hayan sobrevivido setecientos años para tener un final tan triste es algo que sólo puede pasar en España. Para que luego diga la señora Munar. Periodista Digital.

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