06 marzo 2010

Contra los fascistas, más libertad

He anunciado en mi Facebook la próxima visita de Rosa Díez a Palma: el jueves 11 impartirá una conferencia en el Club de Opinión Diario de Mallorca y el viernes 12 hará una declaración sobre corrupción política a las puertas del Parlament de les Illes Balears. Un amigo en la red social, uno de éstos que se llaman progresistas y no entienden las libertades más que aplicadas a los buenos, pero no a los malos, escribe en los comentarios una pregunta: "¿Va a dar alguna conferencia en la Casa Gallega?", en alusión a cierta polémica absurda e interesada en torno a unas palabras de Rosa que cualquier niño de teta sin mala fe y sin manipular habría entendido en el sentido correcto.

Pero no. Tengo que contestarle que la conferencia la iba a dar Rosa hoy en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona y unos "estudiantes" nacionalistas se la han reventado, a ella y a los estudiantes que sí querían escucharla, con una violencia inaudita. Cómo sería que han tenido que dar el vídeo en los telediarios de Antena 3, la Cuatro, Telecinco y la Sexta, que normalmente no hablan de Rosa Díez ni aunque les paguen. Yo me pregunto: ¿va a condenar el Parlamento Gallego este hecho o se reserva para las expresiones coloquiales sacadas de contexto? ¿Condenaría a los violentos si en vez de apuntar a Rosa con los dedos a modo de pistolas la hubieran llamado "vasca en el sentido peyorativo"? ¿Condenará a los agresores de Roberto Blanco Valdés, a quien ponen bombas a la puerta de su casa de Santiago por defender la libertad? Los progresistas de salón podrán ver el vídeo y seguir cachondeándose, porque es muy gracioso ver cómo zarandean a Rosa y sus acompañantes y les lanzan pintura roja, cómo vuelan las papeleras a su paso, cómo la amenazan, cómo aporrean su coche hasta abollarlo y romper los faros. Graciosísimo. Podrán seguir haciendo comentarios sobre anécdotas sacadas de contexto, haciendo demagogia contra la única líder política que pone en su sitio a los demagogos. Eso debe ser mucho más inteligente y más valiente que dar la cara por la libertad de expresión. Por lo que me concierne en este debate en particular, yo estoy con Rosa Díez y con Roberto Blanco Valdés, de cuya lección de serenidad me gustaría ser digno; estoy con la libertad, con el futuro de mis hijos, con aquellos que pelean para que no pueda haber ciudadanos de primera y de segunda, ciudadanos que pueden proclamar sus ideas en paz y ciudadanos que tienen que salir escoltados de un recinto que avergüenza llamar académico porque algunos consideran sus ideas perseguibles con impune violencia mientras otros miran para otro lado. Y no estoy con los fascistas, pero ni siquiera con los que miran para otro lado, ni mucho menos con los que ríen la broma. Hay bromas que no tienen gracia. Periodista Digital. Libertad Balear.