18 enero 2006

Lo malo conocido

Los cananeos empezaron a darse estopa en el suelo que hoy ocupa el estado de Israel hará cinco mil años. Vinieron hebreos, arameos, egipcios, asirios, romanos, persas, árabes, francos, turcos y, hace unos cien años, esos europeos de religión judía e ideología sionista que se llaman a sí mismo israelíes, y todos repartieron leña. Con esta perspectiva, ignoro qué relevancia estadística pueda tener que Ariel Sharon ya no pueda ordenar más asesinatos; pero el espíritu de superación de los israelíes es proverbial. Última Hora.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu comentario mue parece muy justo excepto su ultima frase, en efecto demasiado provocadora y que solo quiere echar leña al fuego. Un poco facil, NO?

Anónimo dijo...

Se te han olvidado los ingleses. Bueno, y el rey de España, que lo es de Jerusalén (claro, que a lo mejor el título se lo dieron con las tapas de Nocilla).

Anónimo dijo...

La verdad que eres un monstruo. Quizas desde mi torpe cultura cristiana, importa que fuera el pueblo elegido, y que al mismo tiempo no tuviera tierra. Que engañara al imperio egipcio y sobreviviera al romano. Que una mentira dure dos mil años. Que encima unas ovejas y unas piedras saquen a la luz papiros que relatan lo dicho y mas. Israel, diria creo De Gaulle, Bien vale una misa.
En cuanto al comentario sobre Sharon, me reservo, como la Cia, o quizas como la NKV, o quizas como los cuatro millones de israelitas que pueblan EEUU, frente a los tres millones que pueblan israel. Y es que al contrario de lo que pensaba el de los bigotes, Yavhe, si juega a los dados. Lastima que para ser un Dios, pierda tantas veces

Anónimo dijo...

La tierra de Palestina está acostumbrada a la megalomanía y la exageración; allí se vive todo con intensidad, porque cualquier interlocutor da a su opinión un hálito sagrado hasta para comprar chucherías. Ahora agoniza un hombre y tiembla el desierto desde Beirut al Sinaí, a pesar de que nadie es dueño del futuro ni será capaz de atar su nombre al destino. Sharon se irá como lo hizo Arafat, vendrá otro y la serpiente continuará mordiéndose la cola con la obstinación de quien odia la cara contraria de sí mismo. Unos y otros con la alta política de instintos bajos: como dos siameses que se dieran cabezazos, paseando la bandera de dios sobre alfombras de miles de años de levantamientos, diásporas, ejecuciones sumarísimas. Para seguir con la historia milenaria, cada vez que un halcón cae las gentes de Palestina se encierran en casa, porque los pollitos saben a quién se comerán primero.
Un saludo