12 marzo 2007

Menos "pásalo" y más respeto a la verdad

Sigue circulando por Internet y hoy recibo la "lista de presos de ETA condenados a 30 años por acumulación de penas que salieron en libertad en el período 1996-2004". En ella se apuntan los nombres de los reclusos, las condenas acumuladas, las fechas de inicio del cumplimiento de la pena y de excarcelación y los nombres de los ministros del PP que firmaron sus respectivas salidas de la cárcel. En negrita se señalan aquellos presos de ETA que, una vez liberados, volvieron a delinquir. "¿A qué juegan?", clama el presunto autor del correo electrónico, tildando a los exministros de Interior Rajoy y Acebes de hipócritas cuando critican la excarcelación de Iñaki de Juana Chaos y preguntándose por qué la AVT calló en aquellos casos y no calla ahora. Esta lista es la que divulgó hace unos días el boletín PSOE, y ahora circula con un "pásalo" al pie.

Ya se ha explicado mucho, pero parece que todavía no lo suficiente, pues aún hay personas que, equivocadas o de mala fe, siguen haciendo circular esta burda manipulación. Todos los presos relacionados redujeron condena de acuerdo con la ley vigente cuando se los condenó (el código penal de 1973), y fueron los jueces quienes los excarcelaron, con la firma, claro, de la autoridad penitenciaria de entonces, es decir, de los ministros de Interior del PP. A De Juana Chaos lo había condenado un juez a tres años, y en manos del gobierno estaba que cumpliera la condena íntegra, porque desde la reforma Aznar esto es posible y De Juana había sido condenado después de esa reforma.

Lo que ha hecho ahora Rodríguez Zapatero es aplicar una medida que depende del gobierno y que la ley prevé para enfermos graves, no para chantajistas. Pero el gobierno ha hecho su propia interpretación y ha optado por mandarlo a casa: posiblemente es legal, pero es muy dudoso que sea justo y a los cientos de miles de ciudadanos que se manifestaron el otro día en Madrid, que no eran precisamente una banda de fascistas peligrosos (más que nada porque no hay tantos cientos de miles de fascistas en España), les parece que no lo es; y, desde luego, no era una medida obligatoria: el gobierno ha optado, pero podía haber optado en sentido contrario; eligió atenuar la pena a De Chana, y ahora es responsable de su elección. Mientras que los ministros del PP mencionados, por muy mal que nos puedan caer, no optaron, no eligieron: firmaron lo que la ley les obligaba a firmar, y por tanto no son responsables de esas excarcelaciones. También es falso que la AVT "callase" mientras tanto: siempre clamaron por una reforma que sólo pudo llevarse a cabo cuando el presidente Aznar ganó unas elecciones por mayoría absoluta y pudo legislar sin depender del PSOE ni del PNV, que siempre se habían opuesto en las Cortes al cumplimiento íntegro de las penas de los condenados por crímenes terroristas.

Usar esa lista contra el PP es una manipulación muy burda, tan engañosa como ese discurso cutre, simplista y falaz de "había matado a veinticinco y lo han liberado", puesto que De Juana es, sí, un terrorista no arrepentido, pero ya no cumple pena por los veinticinco asesinatos, sino por un delito de amenazas, y no lo han liberado, sino que han atenuado su prisión. Las excarcelaciones de 1996-2004 eran obligadas por la ley vigente y la atenuación de la pena de De Juana no era obligada por la actual; y, en todo caso, al gobierno Aznar se le podrán atribuir muchas cosas, pero no precisamente tibieza contra el terrorismo, que combatió más eficazmente que nadie, incluida, entre otras cosas, la reforma del código para que los terroristas cumplan sus penas íntegramente. A nadie se le escapa que, cuando Aznar salió del poder, ETA estaba arrinconada, y hoy día no hace falta más que mirar las primeras páginas de los periódicos para ver quién protagoniza el debate público.

Puedes estar de acuerdo o no con la política antiterrorista de Aznar, o con la de Zapatero, puedes desear la unidad de España o la independencia del País Vasco, y la de tu barrio si quieres; pero con la verdad por delante. Porque confundirlo y enfangarlo todo no ayuda a que nos entendamos y superemos la grave crisis política que estamos viviendo. Podemos ser votantes de uno u otro partido, podemos adorar a José María Aznar o creer que fue una plaga (lo más razonable, creo yo, es pensar que en unas cosas acertó plenamente y en otras, y muy graves, se equivocó mucho), podemos creer que Zapatero es tonto de baba o bien que su proceso de paz es el no va más e incluso que es el primo guapo de George Clooney. Pero, comulguemos con lo que comulguemos, el hecho es sólo uno: con la ley actual en la mano, De Juana podría perfectamente haber cumplido sus tres años íntegros en la cárcel, o bien morir por su propia voluntad (aunque dudo que hubiese llegado a las últimas consecuencias: los psicópatas se quieren demasiado a sí mismos), y Zapatero eligió no arriesgarse a que muriese, aunque eso supusiera agraviar a millones de ciudadanos.

Ésta es la realidad, y ahora el presidente Zapatero debe arrostrar la consiguiente impopularidad o la consiguiente popularidad que esa realidad le acarree. Y, a ser posible, recuperar la serenidad y el sentido común y ordenar a algún esbirro especialmente tozudo que en lo sucesivo se abstenga de difundir falsedades con el membrete del PSOE. Basta ya de mentiras, por favor; téngannos un respeto. Periodista Digital.

1 comentario:

Anonymous dijo...

¿Por qué no se presenta Vd. por el PP? Está claro que coincide en todo.